Desde que era pequeño siempre me han dicho que, si hacía alguna crítica, debía mantenerla con argumentos. Yo no era un niño que criticara pero he crecido y he de decir que me he vuelto muy criticón y que me molestan muchas cosas pero siempre mantengo argumentos de por qué me gustan o no me gustan ciertas cosas. Por ejemplo la gente me mata cuando digo que no me gusta el bacon. Sí, es cierto, no me gusta porque para mí el sabor del bacon es muy fuerte y no puedo tolerar ni si quiera la grasilla que desprende cuando está recién pasado por la plancha. Llamadme tiquismiquis o finolis pero por lo menos he argumentado.
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